Fue entonces cuando empezó a cultivar su pasión por la cocina y los productos de la tierra.
25 años al frente de Ticolet, recogiendo la cocina y los productos del Valle, dando a esos platos tradicionales una versión más ligera, a partir de nuevas técnicas y, sobre todo, una materia prima de calidad. En otras palabras, aplicando la innovación a la tradición.
«Se puede elaborar un gran plato, pero si luego no se sabe transmitir al cliente, puede no llegar a entenderse el sentido que se le quiere dar».
Él, lo hace posible, creando una comunicación con el cliente, siempre agradable y enriquecedora.
Su pasión, el buen vino y la buena mesa, ofrece un esmerado servicio y una carta de vinos muy completa, aconsejando lo más adecuado en cada momento.